
Imagen tomada de: Editorial Exlibric.
El tiempo, una de las cosas más objetivamente subjetivas que existen: rápido cuando más queremos que pase lento y eterno cuando queremos que sea fugaz; pero siempre dura lo mismo a pesar de todo.
La campaña ha sido, o fue más bien, una cuestión de tiempo: tiempo para conocer nuevas personas, para prepararse, para trasnochar y pensar, para cuestionar, para muchas cosas que, en fin, queríamos que fueran rápidas en algunos momentos, lentos en otros.
Por eso, es que les traigo este poema de Mario Benedetti, que hoy aplica en mi caso para la campaña y el debate, y para ustedes en la vida:
Lento pero viene
Lento pero viene
el futuro se acerca
despacio
pero viene
hoy está más allá
de las nubes que elige
y más allá del trueno
y de la tierra firme
demorándose viene
cual flor desconfiada
que vigila al sol
sin preguntarle nada
iluminando viene
las últimas ventanas
lento pero viene
las últimas ventanas
lento pero viene
el futuro se acerca
despacio
pero viene
ya se va acercando
nunca tiene prisa
viene con proyectos
y bolsas de semillas
con ángeles maltrechos
y fieles golondrinas
despacio pero viene
sin hacer mucho ruido
cuidando sobre todo
los sueños prohibidos
los recuerdos yacentes
y los recién nacidos
lento pero viene
el futuro se acerca
despacio
pero viene
ya casi está llegando
con su mejor noticia
con puños con ojeras
con noches y con días
con una estrella pobre
sin nombre todavía
lento pero viene
el futuro real
el mismo que inventamos
nosotros y el azar
cada vez más nosotros
y menos el azar
lento pero viene
el futuro se acerca
despacio
pero viene
lento pero viene
lento pero viene
lento pero viene.
Nota: La información expresada en este artículo no compromete la voluntad de la Universidad del Rosario ni del Periódico Enclaustrados.
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