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El peso no lo es todo: el tamaño de un cuerpo no determina si es saludable o no

Ser una persona gorda en un mundo que le da tanta importancia a lo superficial es un reto. Cuando alguien opina sobre el peso de otra persona normalmente se justifica en la importancia de mantenerse sano, pero ¿Realmente le importa la salud del cuerpo del que opina? ¿Qué determina realmente estar saludable? La gordofobia es una forma de discriminación y violencia que rechaza a los cuerpos grandes por considerarlos poco sanos, pero, ¿es posible saber si un cuerpo es saludable o no solo viendo su tamaño? Siendo realistas y echándole un vistazo a la evidencia: no es posible saber nada sobre la salud de una persona solo conociendo su peso o viendo el tamaño de su cuerpo. Es gordofóbico creer que sí. Existe una creencia generalizada: las personas gordas no son sanas y tienen malos hábitos, mientras que las delgadas son sanas solo por ser delgadas. Una víctima de esta falsa creencia es Sierra Ann, una Tik Toker con sobrepeso a la que constantemente le comentan que debe ir más al gimnasio a pesar de que gran parte de su contenido es mostrar sus hábitos saludables y formas de comer bien sin sacrificar lo que te gusta. Pasa algo parecido con Fatpandora, influencer gorda que hace contenido sobre moda y que constantemente debe responder a comentarios sobre su peso, a pesar de que sólo está habitando su cuerpo. ¿Es posible saber si están enfermas con solo verlas existir siendo gordas? El peso parece ser lo más importante. Cómo se ve un cuerpo, si es grande o pequeño, nos hace aceptarlo más o menos. ¿Por qué es tan importante que los cuerpos sean delgados y hegemónicos? ¿son acaso esos cuerpos los únicos válidos? El estigma social que se tiene sobre la obesidad nos hace creer que es normal pensar que “el que es gordo, es porque quiere”, o que podrían hacer dieta y ejercicio. Lo vemos en todos lados: en la medicina aún se utilizan medidas estandarizadas para buscar el “peso ideal” como el IMC; en la ciencia, existen referentes, como la revista médica E. J. P. C., que afirmó en 2021 que “no se puede estar gordo, pero sano” en un estudio; e incluso en redes, en las que podemos ver casos como los de Sierra y Adriana diariamente. En todos los espacios seguimos discriminando a las personas gordas y, muchas veces, no nos damos cuenta.


En 2019, GoInvo lanzó un estudio que revelaba y explicaba gráficamente lo determinado hasta entonces por la OMS y la ciencia: existen 5 categorías que determinan la salud (ambiente, acciones individuales, acceso y cuidado médico, genética y circunstancias sociales), que engloban más de 130 condiciones que definen si una persona es o no sana. La dieta y el ejercicio están relacionados con comportamientos individuales, mientras que el peso tiene que ver con genética y biología. La pregunta que surge es ¿por qué se cree que, de 130 determinantes, 3 son los únicos que definen la salud de una persona? La respuesta es fácil: no pueden. Considerar el peso como lo único relevante en la salud, que en realidad es un conjunto integral, es pesocentrista. María Alejandra Serrano, psicóloga clínica especializada en T.C.A, considera que el pesocentrismo es una visión limitante y restrictiva que no tiene en cuenta que no existe una sola salud, si no “saludes” y no todas se ven delgadas. Así mismo, afirma que el sesgo por peso lleva a pensar que por tener un tamaño específico se tienen malos hábitos, lo que es discriminatorio y gordofóbico. Miguel Ángel Martínez-González, catedrático de Salud Pública y Medicina Preventiva, afirma, por su parte, que “la cifra más importante sobre alimentación y hábitos de vida es la de la báscula. El peso es el mayor determinante de la salud a largo plazo, por eso es más importante que cualquier otra”. ¿Es esto cierto en verdad? Si bien el peso es uno de los indicadores, son muchas las cosas que entran a determinar si alguien es saludable o no. Hay decenas de factores que tienen relevancia en la dinámica de salud de una persona: la dieta y el ejercicio solo representan un 2% respecto a todos los condicionantes, mientras que el peso es únicamente el 1% de acuerdo con GoInvo. Por esto, es imposible pensar que el peso es un determinante decisivo sobre el conjunto integral de la salud o una sentencia de absolutamente nada a futuro, especialmente si se retoma la teoría del set point o punto establecido, que afirma que el peso corporal se establece biológicamente por un sistema que modula la alimentación y gasto energético para mantenerlo en un nivel determinado. Es claro: el peso ideal es el que se ajusta a la necesidad biológica de tu cuerpo.


Normalmente asociamos la gordura con falta de interés, poca fuerza de voluntad y fealdad. Todos estos son prejuicios que llevan a valorar más un cuerpo sobre otro, a pesar de que todos tenemos derecho a existir en el mundo, sin importar el número de la báscula y las ideas preconcebidas que se tenga sobre el tamaño de un cuerpo: los números no deben definirnos. El peso no es el determinante último de salud y mientras nos preocupamos solo por eso, nos olvidamos de crear una sociedad más inclusiva en la que todos se sientan valorados.


El peso nos distrae y nos ha llevado a vivir en un mundo violento que discrimina a las personas gordas por tener cuerpos diversos. El estigma por el peso no tiene nada que ver con el interés de nadie en la “salud”, si no con los prejuicios que rechazan el derecho a existir de todos los cuerpos. Ser gordo no es sinónimo de enfermedad. Si mi cuerpo es grande, puede ser sano y la forma de saberlo no es viendo el tamaño que tengo, o sabiendo mi peso.


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