A pocas horas de celebrarse la fiesta más representativa de octubre, en la que millones de personas salen a las calles con disfraces a pedir dulces o tallar calabazas para así ser parte de esta celebración. Aunque Halloween suene como una simple celebración de una sola noche, la realidad es muy diferente a lo que se ve a simple vista, ya que según el portal estadístico alemán “Statista” tan solo en EE. UU. durante la noche de brujas del 2022 se registró un gasto de 10.600 millones de dólares.
Se cree que la noche del 31 de octubre se celebra una festividad del mundo anglosajón, la cual con el pasar del tiempo ha permeado la cultura popular en todo el mundo; sin embargo, esta festividad es el sincretismo religioso de algunas festividades de origen pagano. La palabra Halloween proviene de la contracción inglesa “all hallows eve” que significa “víspera de todos los santos”, no obstante, sus raíces se remontan a la festividad cristiana del día de todos los santos y a la conmemoración pagana del Samhain. La festividad cristiana de todos los santos es la celebración donde se honra a los difuntos queridos, la cual se celebra el 1.º de noviembre. Por otro lado, la conmemoración del Samhain fue una fiesta Gaélica que marca el fin de la temporada de cosecha y la entrada al año nuevo por parte de los pueblos celtas (grupo de tribus nómadas que habitaron el centro y occidente de Europa durante la edad media).
Para los Celtas esta celebración se realizaba el 31 de octubre e igualmente era la noche donde el mundo de los vivos estaba conectado con el de los muertos, lo cual permitía el paso de espíritus buenos y malos. La principal preocupación para los Celtas eran las ánimas que no tenían buenas intenciones. Por ende, el pueblo Celta se disfrazaba y usaba máscaras que imitaban la apariencia que según creían tendría un mal espíritu. Por otro lado, los Celtas que se asentaron en lo que actualmente es Irlanda y Reino Unido desarrollaron su propia estrategia para repeler a los malos espíritus, la cual consistía en tallar caras tenebrosas en nabos y remolachas para posteriormente introducir una vela en su interior y finalmente posicionarla afuera de sus residencias.
Sin embargo, esta tradición tiene un trasfondo significativo para los británicos, dado que hace alusión a la historia de Stingy Jack; esta siendo la historia de un granjero irlandés usurero llamado Jack, quien logró engañar al diablo encerrándolo dentro de una cruz cuando este intentaba llevarse su alma. Jack accedió a liberarlo si este le prometía no llevarse su alma, a lo cual accedió. Varios años después, Jack falleció y su alma no pudo acceder al cielo debido a sus pecados y tampoco pudo entrar al infierno debido a la promesa que le había hecho el diablo. Este último al enterarse de la situación, en modo de burla, le arrojó una brasa que jamás dejaría de arder la que Jack introdujo dentro de un nabo ahuecado y así comenzaría a vagar eternamente en busca de un lugar donde su alma sea admitida y como resultado en la cultura anglosajona se le conocería como Jack-o'lantern (el faro de Jack).
Igualmente, el famoso “truco o trato” es una tradición muy antigua, la cual ha ido cambiando con el pasar de los tiempos y su origen se remonta a la edad media. Esta consistía en que los británicos más pobres iban a las casas de los más adinerados a los cuales les ofrecían una oración a sus difuntos o un acto de magia “truco” a cambio de un pequeño pastel azucarado y redondo “trato” conocido popularmente como “soul cake”.
Como se ha mencionado previamente, estás tradiciones como "truco o trato", tallar caras en nabos y disfrazarse con elementos alusivos a demonios, han venido sufriendo cambios con el tiempo. En primer lugar, el "truco o trato", en el que originalmente era un intercambio de una acción por un alimento y que actualmente es la célebre frase que usan los niños para pedir dulces a las casas que asistan. En segundo lugar, el tallar caras en nabos surgió como una medida de prevención por parte de los británicos ante las malas ánimas.
Posteriormente, fue cambiando hasta el siglo XIX, donde inmigrantes irlandeses, al llegar a Estados Unidos, no lograron encontrar nabos, en consecuencia, recurrieron a las calabazas, las cuales hoy en día son el símbolo más característico de Halloween. Por otro lado, el disfrazarse y usar máscaras que imitan la apariencia de un demonio para así ahuyentar a los malos espíritus ha cambiado radicalmente, dado que hoy en día el objetivo de disfrazarse es simplemente salir de la rutina y finalmente que toda esta cultura fue llevada a todos los rincones del mundo por medio de la difusión del cine y la televisión estadounidense durante la década de los 70.
En conclusión se puede decir que Halloween es más que una simple fiesta popular alrededor del mundo que solamente en Estados Unidos registró un gasto de 10.600 millones de dólares en 2022, además de no solo ser una fiesta netamente anglosajona, sino que en realidad es el sincretismo religioso de fiestas de origen pagano siendo el Samhain la más representativa, siendo esta festividad celebrada por los Celtas desde la edad media e igualmente sus principales tradiciones se han mantenido durante siglos, pero teniendo cambios durante su existencia y que finalmente esta festividad fue permeada en todo el mundo gracias al cine y la televisión norteamericana de los años 70.
Bibliografía
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