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Un Regalo al Rosario

En pleno corazón de la ciudad de Bogotá se alza el nombre del Colegio Mayor Nuestra Señora del Rosario, esta imponente institución, llena de historia y excelencia, que ha trascendido más allá de las paredes de su Claustro, llegando a la transformación de Colombia y el mundo. Los Rosaristas no pueden negar lo mágico que tiene nuestra Universidad y aquí pretendemos hacer un viaje por el pasado para traerlo a estos tiempos complejos.


Quisiera empezar con una reflexión que me compartió el Doctor Fernando Álvarez Rojas, un importante catedrático de la Facultad de Jurisprudencia, abogado egresado de este Colegio Mayor y arquitecto de grandes aportes a la construcción del país. Hace poco, conversamos de un factor fundamental que se perdió en el Rosario, que es la esencia propia con la que se creó la Universidad: el humanismo. Hace varios años los estudiantes respiraban música, poesía, arte y literatura en las aulas, su experiencia como alumno la marcó en gran parte eso, el contacto con ese mundo ajeno al Derecho. Imaginen empezar una mañana con sinfonías de Beethoven, complementarlo con cuadros de Van Gogh o Picasso, escabullirse en las historias de Neruda o Benedetti, aventurarse en los pensamientos de grandes filósofos como Kant, Foucault, Hobbes, Kelsen, Huxley y a partir de ahí buscar resolver los grandes enigmas que afrontaba el país en ese entonces; y cerrar con las elocuencias de Shakespeare o Miguel de Cervantes, por citar algunos ejemplos. Sin duda, era un Rosario distinto, un lugar en el que la cultura, el humanismo y las artes eran fundamentales para los que se encontraban en el imponente Claustro.


Volviendo a estas breves anécdotas, para conectarnos con nuestro país. Vivimos un mundo de locura, un momento en el que se perdió el humanismo, se perdió la empatía con el otro, el debate de argumentos, la dialéctica que fortalezca la democracia y sus instituciones. El reto más grande que tiene el Rosario hoy en día es volver a conectar con el pasado, con la historia. Los estudiantes deben preguntarse cuántas de las obras mencionadas previamente conocen, no es un capricho del autor que les escribe, es porque esa cultura y humanidad le dio los años más dorados al Rosario y al país. Próceres de la Independencia, académicos, expresidentes, ministros, embajadores, empresarios, economistas, intelectuales que construyeron una forma de pensar que marcó nuestra Universidad y el país, eso es el Rosario. Este Colegio Mayor tiene en su impronta construir profesionales preparados para aportar a la nación y que hoy Colombia pide a gritos el retorno de su espíritu, en medio de tanta incertidumbre y desconfianza. Aquí es cuando el Rosario tiene la tarea de conectar con lo que hoy necesita el país, porque hemos estado en la historia siempre y ahora en este momento crucial no podemos desfallecer.


El reto es en el presente, y el recordar estas experiencias son fundamentales para entender en dónde nos encontramos. Son 370 años próximos a celebrarse, y el mejor regalo para nuestra institución es recordar. Lo invito a un reto simple: camine por el Claustro, primero, desde la plazoleta del Viejo Verde y mire cada una de las placas colgadas en las paredes. Es nuestro pasado, nuestra historia. Ahora caminé rumbo a Casur, a la modernidad; y querido Rosarista empiece a escribir el futuro, ese es nuestro reto ahora: miremos el pasado, construyamos desde el presente, con miras al futuro.

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