Regalo amapolas con olor de amaretto
- Nicolás Daza
- 25 feb 2023
- 1 Min. de lectura
Un bajo
con delicadeza,
profunda,
asomaba su
melodía,
entre nubes
mundanas.
Se pincelaba
un teatro,
de madera
siciliana,
con fragancia
naranjada,
en otraño
otoño.
Decoración fina
de amapolas cristalinas,
Carmesí turquesa
en la sobrecubierta.
Afloraba
un joven,
singular,
de noble
andar,
entre la avenida,
abarrotada,
de un gentío
artificio.
La brisa gélida
rozaba su rostro,
moreno castaño,
en el ambiente
frígido.
Su abrigo,
de amaretto cancio,
arropaba su
ensimismado cuerpo.
Cruzaba las vías
poco audaz,
irradia en sus ojos
una estrella fugaz.
Sus manos, pequeñas,
empacadas en los bolsillos.
Sus labios, gruesos,
con copos de frío.
Su barba, atezada,
algo congelada.
Divisó un
perfume,
Ababol
mielinizado,
de nota
allozado.
Un rostro,
en mármol
bronceado,
tímido,
fluía al azar,
con la
fragancia
crepuscular.
Ambos semblantes,
ahora entrelazados,
ahora vinculados,
ahora enredados,
hacen bailar
al amaretto profundo,
intenso,
con amapolas granas,
encantadas,
al són del
almendro.
Se acercan,
cruzan,
reflectores disfrazados
de cítricos colorados,
como un sueño
alicorado.
No mueven
la mirada,
la cabeza.
Envueltos en
el aroma de
vainilla
armoniosa.
Y mientras
entrecruzan manos,
permanece la
melodía
que hace danzar
al abrigo de amaretto
y
al perfume de amapolas.
Comments