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Una expresión étnica

A lo largo de la historia, la noción frente a la raza se ha venido abordando desde diferentes ámbitos y distintas perspectivas. De hecho, junto con su evolución, se ha optado por recomendar el uso del concepto de etnicidad, dado que, incluso la idea de raza puede ser peyorativa y de gran carga valórica. Su definición está dada en términos de una identidad étnica, cuya definición es ambigua y carente de precisión; sin embargo, es posible hacer alusión a una “forma sistemática culturalmente estructurada de mirar, percibir e interpretar la realidad”, según Audrey Smedley (1993). Smith por su parte, destaca un pensamiento principalmente esencialista y considera que la etnicidad es situacional, teniendo en cuenta que:


“La pertenencia a un grupo étnico es una cuestión de actitudes, percepciones y sentimientos en que se encuentre el sujeto: a medida que va cambiando la situación del individuo, también cambia la identificación del grupo, o, por lo menos, la importancia de las identidades y discursos a las que se adhiere el individuo irá variando conforme pase el tiempo y las situaciones cambien” (Smith, 1997:18).

Sin duda alguna, Smith tenía razón al decir que la etnicidad está cargada de aspectos perceptiblemente culturales. En consecuencia, hay una relación directa entre la naturaleza de la etnicidad y la identidad de los sujetos.


En el entendido de la evolución del concepto, a raíz de la discriminación étnica, esta ha figurado como un detonante para la creación de movimientos sociales, manifestaciones cívicas y protestas. Ha girado en torno a una colosal injusticia, casi insubsanable, a propósito de la búsqueda por la equidad. Lo anterior, teniendo en cuenta que, históricamente, sectores de la población humana han padecido los prejuicios sociales que erradican y subsanan toda forma de vida diferente y en muchos casos, contraria a la regla general, a lo socialmente establecido. A la luz de las prácticas discriminatorias que han experimentado grupos sociales, a causa de sus atípicos rasgos visuales de identidad, etnia y raza, se vinculan factores que expresan una manifestación que restituye la libertad y la igualdad en términos de equidad y de derechos humanos.


No obstante, el criterio étnico ha sido determinante en la construcción y reivindicación de los derechos humanos con enfoque; a su vez, se ha puesto en evidencia que la respuesta a la discriminación en términos étnico-raciales ha sido la declarativa superación del racismo y la xenofobia a partir de la creación progresiva de derechos desde la esfera internacional y en muchos casos interna. Por otro lado, en el marco de las manifestaciones políticas se ha analizado que ha sido una constante el factor étnico, pues este ha tenido una fuerte relación con el desencadenamiento de desigualdades sociales, políticas, económicas y culturales. Adicionalmente que, el desarrollo de los países ha jugado un papel fundamental en el estudio del concepto etnia/raza, de hecho, ha tenido un impacto directo sobre este.


Tomada de: Archivo histórico - El Tiempo


Con todo y esto, se ha llevado a repensar el concepto, sin dejar de lado la historia de fondo de las culturas que han sido marginadas y discriminadas que han luchado contra un sistema que ejerce dinámicas excluyentes. Es importante reconocer la existencia de las diversas formas de vida, que comprende a su vez diversas identidades con sus particularidades, un conglomerado así, indivisible conformado a partir de la unicidad y la diferencia. Asimismo, la evolución del concepto ha configurado la construcción y organización social, desde la integración de las diversas formas de expresión y caracterización, formando de esta manera una cultura heterogénea.


Ahora bien, ha sido imprescindible la modificación en las agendas políticas y formulación de políticas públicas, donde la categoría de etnicidad toma fuerza y su integración se vuelve fundamental. De esta manera, constituye un componente esencial en la consolidación de las democracias emergentes, teniendo en cuenta que permiten el desarrollo económico, político y social. No obstante, este proceso reivindicatorio ha sido extenuante, debido a que ha implicado una reconstrucción de las sociedades en su totalidad, pero mayormente desde el aparato estatal y la estructura legislativa. En dicha reconstrucción prima la tendencia por erradicar las diferencias que segregan a los grupos diversos y separan las sociedades. Lo anterior será posible mediante estrategias de valorización que sustituyan las prácticas homogeneizadoras que edifican barreras de desigualdad social y reproducen dinámicas de exclusión, con el fin de establecer una transición democrática que reconsidere el criterio étnico a partir de la concepción de sujeto de derechos, en el marco de una sociedad plural y multicultural.



Referencias Bibliográficas

Smith, A. (1997). La identidad nacional, Trama Editorial, Madrid.


Smedley, A. (11 de marzo de 1993). Race in North America: Origen and Evolution

of a Worldview.

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